viernes, 31 de julio de 2009

Increibles Blupeurum spinosum Gouan

Increibles Pendejo

Arbusto almohadillado espinoso de la familia de las umbelíferas, con tallos florales y umbelas de color amarillo verdoso. Se cría en las montañas calizas del sudeste de la Península Ibérica y N de África.

Fotografía realizada en el Supramediterráneo de la Sierra Nevada caliza.

jueves, 30 de julio de 2009

Plantas El Palo borracho - Chorisia o Ceiba speciosa

Plantas
Nombre científico o latino: Chorisia spp. Desde 1998 se utiliza también el de ceiba speciosa.
Nombre común o vulgar: Palo borracho, Painera, Palo botella, Palo barrigudo, Árbol botella, Árbol de lana, Paina de seda, Samohú (guaraní), yuchán (quechua), Mandiyú-ra (en Paraguay, mandiyú significa algodón en guaraní), Toborochi (en Bolivia), Kapoc. Los tobas lo llaman copadalick. (En inglés se lo denomina Silk Floss Tree o Floss-Silk Tree)
Familia: Malvaceae
Subfamilia: Bombacaceae
Origen: El género Chorisia se encuentra en América, por Argentina, Paraguay, Brasil, Bolivia y Perú, y su hábitat son las zonas tropicales y subtropicales de los bosques húmedos semicaducifolios.
Etimología:El género chorisia está dedicado a J.L.Choris (1795-1828), artista ruso y viajero con el naturalista Kotzebue, destacado dibujante de expediciones botánicas; speciosa significa bella, magnífica, alude a sus hermosas flores.



Variedades: El Palo borracho comprende dos especies principales :
* Chorisia speciosa = Ceiba speciosa (flores rosas). Palo borracho rosado.
* Chorisia insignis (flores amarillas). Palo borracho amarillo
Chorisia insignis es muy parecida a Chorisia speciosa, lo que provoca que en muchas ocasiones se confundan. La diferencia más notable es el color de la flor.
Otras especies de Palo borracho son: Chorisia crispiflora, Chorisia publiflora, con flores de color amarillo, rosado pálido y blanco respectivamente. Dentro de la familia también se encuentran Ceiba glaziovii, Ceiba pentandra, entre otras.


El Palo borracho es un árbol caduco que alzcanza los 10m de altura. Pierde las hojas durante el período seco, y normalmente florece y fructifica durante esa misma época. En Buenos Aires, Argentina, la floración se inicia hacia fines de febrero y comienzos de marzo extendiéndose por un período de 3 a 6 semanas.

El tronco está cubierto de gruesas espinas cónicas muy características, y en su interior alberga gran cantidad de agua que le permite soportar las sequías. Posee una forma que asemeja a la de una botella, de ahí que también se le denomine Árbol botella. Su madera no es utilizada industrialmente. Los aborígenes de las márgenes del río Pilcomayo, con su tronco enorme en forma de botellón hacían canoas, bateas, recipientes para la aloja y para amasar harina.

Los frutos son cápsulas leñosas de color verde a castaño, que en su interior contienen numerosas semillas envueltas en una fibra similar al algodón. Al abrirse estos frutos, producen una especie de explosión, de la que emerge ese algodón y la semillas de dispersan por la acción del viento.



¿Dónde ver los palos borrachos en flor?:

Buenos Aires es una ciudad que ha rendido homenaje a este árbol. Podemos verlo en la mayoría de las plazas y parques de nuestra ciudad.
Si estás en Buenos Aires hacia fines de febrero o principios de marzo los palos borrachos te quitarán el aliento si transitas por la Avenida 9 de Julio desde Juncal hasta Lavalle, o si caminas por Plaza San Martín en el Barrio de Retiro.También sobre la avenida Figueroa Alcorta entre La Pampa y Monroe se forma una bellísima galería de copas florecidas. Y en el Barrio de Puerto Madero, en el Boulevard Rosario Vera Peñaloza han plantado la más bella variedad de ejemplares jóvenes que puedas ver en la ciudad y admirar los distintas formas y colores de su flores que van desde los blancos, amarillentos, rosados o fucsias. Una maravilla de la naturaleza digna de admiración.


Aquí te presento algunas variedades que fotografié una tarde de marzo en Puerto Madero


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Curiosidades:

En Argentina, en la Provincia del Chaco ubicada en la región nordeste del país, la ley provincial 5521, promulgada el 23 de marzo y sancionada el 14 de abril de 2005 por la Cámara de Diputados de la provincia del Chaco, declara a la flor rosada del Palo Borracho o Samohú 'Flor provincial del Chaco'

Leyendas aborígenes del Palo Borracho

Leyenda Toba - ("Leyendas argentinas en la voz y en la pluma de Inés Márquez", 1957. Compaginación de Victoria Mabel Romero, Museo Histórico Regional Ichoalay, Resistencia, Chaco)

'El Coptanoón, que había creado aquí abajo todo cuanto la Naturaleza ofrece se detuvo a contemplar a sus hijos – cuyos cuerpos habían animado con chispas de luz – y antes de retirarse a su luminoso hábitat dejó servidores que los auxiliaran.
Entre los seres que tenía a su servicio el Genio, poderoso y justiciero, había animales y plantas..., y entre éstas, un árbol cuyo oficio era procurar maternalmente que no faltase alimento a los tobas de las costas del Ipití (río Bermejo).
Este árbol tenía el tronco abultado, como si fuera un vientre grávido; y de sus entrañas, dicen que salía el germen de muchas vidas acuáticas, cuyo alimento cotidiano hacía fácil la existencia de los hombres.
Cuando disminuía la pesca y ellos encontraban amenazadas de esterilidad las aguas del Ipití, realizaban en torno al árbol ventrudo, a quien comenzaron a llamar "la madre", ceremonias y rituales destinados a peticionar abundancia de peces.
Y, "la madre" parecía escucharlos: su vientre se iba hinchando más y más, para luego agitar allá adentro sus entrañas,... y tras el misterio del abultamiento, la generosa respuesta se traducía en alimento abundante. Si los ruegos habían sido atendidos; las aguas – hasta entonces quietas – empezaban a moverse y a llenarse de peces que la madre gestara pródigamente en su seno.
Este acontecimiento era celebrado durante semanas enteras, con danzas y canciones que ponían acentos de inspiración agradecida en amas márgenes del Ipití.
Un día... ya había pasado el invierno, las tribus habían reñido... las aguas estaban quietas... y los peces se movían en la costa. Ya iban quedando pocos.
Los tobas se acercaron a "la madre" y entonaron sus peticiones.
Durante muchas noches, apenas salía el lucero, las notas angustiosas de un himno suplicaban: Era, era, era, gait...
Pero el árbol parecía indiferente ¿es que estaba enojado?
Y allá se perdían los ecos, tras el último ramaje: era, era, era, gait...
La angustia iba en aumento... el hambre ya se sentía... ¿Es que "la madre" estaba enojada?
Y no faltó el ingrato que, preparó su arco... eligió una flecha fibrosa...flecha de guerra, con el huesito en la punta para que lastime y penetre hondo... y apuntó al vientre de "la madre" que ya empezaba a abultarse lentamente.
Al traspasarlo, arrancó con el grito temeroso de la tribu, el trueno en que rugía la ira del Noón.
Se enlutó el cielo, y... a lo lejos, un ruido extraño se sintió venir como amenaza justiciera...
Los tobas tuvieron miedo... vieron agitarse las aguas que parecían teñirse en sangre... y, el río empezó a crecer, a crecer, de un modo alarmante, como si persiguiera con su furia a los ingratos.
Estos, ocultándose tras los bosques vecinos, se alejaban huyendo del castigo.
Cuando el río pareció aplacarse y las aguas volvieron al cauce fueron en busca del árbol herido para pedirle que los perdonase. Lo encontraron si con el vientre cubierto de gruesas espinas con las que parecía rechazarlos.Las suplicase repitieron una y otra vez... Iooo sañoa sañoa sañoa iooo sañoa sañoa sañé e sañoa e sañoa Sañé
"La madre" debe haberlos perdonado, porque dicen que en el Bermejo siempre hay pesca. Pero...eso si, el ruido de la creciente que baja enfurecida todos los años, les recuerda ese episodio, mientras las aguas teñidas de rojo de ese río al que ahora llaman Inaté, les está mostrando el horrible castigo que trae el revelarse contra "la madre".
¿Que ella los perdonó? ¡No cabe duda! La prueba está en que las flores del palo borracho, como algunos dieron en llamarlo después, son cada vez más hermosas.
¿Por qué entonces la coraza de espinas? Dirán algunos que "la madre" lo perdona todo; pero el justiciero no perdona que se ultraje a una criatura tan digna de respeto y veneración.
Un hombre arrojó la flecha... y el Genio supo dónde poner las espinas.
Todavía ahora, en las noches de luna llena, cuando la crecida arremete en salirse de madre... los tobas cantan en la lejanía de los bosques: eiooo sañoa, eiooo sañoa, e sañoa e sañoa sañé.'

Leyenda Wichi - El Gran Yuchán ("El ciclo de Tokjuaj y otros mitos de los wichí", Compilación, prólogo y notas de Buenaventura Terán, Biblioteca de Cultura Popular, Ediciones del Sol, Buenos Aires 1999)

Antiguamente el agua, que era el mar, estaba adentro de un palo borracho grande. Esto era muy al principio. Ahí nació Lawo, el Arco iris, y un pez: el dorado.
Mucha gente pasaba por ahí, pero les estaba prohibido pescar el dorado. Por esa época pasó Tokjuaj con sus flechas. Sacó una y flechó el pez.
El yuchán se partió y se inundó el mundo. Tokjuaj trató de escapar corriendo pero el agua lo seguía. Dos meses corrió con el agua atrás. Quiso transformarse en pez pero los peces también lo perseguían. No había forma de escapar. Entonces se transformó en chajá.
Voló muy arriba, hasta que se le cayeron las plumas y comenzó a caer. En su caída gritaba: "me transformaré en mortero", Y cayó adentro de un pozo. Ese pozo era muy profundo. Tokjuaj se transformó en murciélago, y mientras estaba tratando de salir, vio una víbora muy grande que quería tragárselo.
Por fin escapó. Pero el viborón le pudo agarrar una punta del ala. Y se enredó en una tela de araña.
Tenía hambre y no sabía que hacer. Entonces se le ocurrió chupar sangre. Desde entonces el murciélago chupa la sangre. Le chupó al anta y a las corzuelas. Hasta que el tucán empezó a perseguirlo.
Tokjuaj se asustó y se escondió en el gajo de un árbol grande. El tucán golpeó el árbol con su pico y se partió la cabeza de Tokjuaj. Quedó muerto en el piso en forma de murciélago.
El agua que salió del yuchán formó el río Pilcomayo. Las vueltas que da el río Pilcomayo son el recorrido de Tokjuaj huyendo del agua.
Tokjuaj corrió durante dos meses.

Leyenda de los indios chaqueños - ('El mito, la leyenda y el hombre - Usos y costumbres del folklore', Félix Molina-TellezEditorial Claridad, Primera edición, Buenos Aires 1947.)

En efecto; la leyenda del Palo Borracho es una de las más hermosas concepciones de la mente indígena. Contrariamente a lo que cabe suponer por la forma del árbol, el hombre criado en la selva cree que éste representa el cuerpo de una mujer; cuerpo que se va formando en tres períodos de vida: la juventud, en la que el árbol muestra su tronco con la esbeltez, de una doncella; el de la plenitud, en el que el mismo muestra las formas de la mujer en su vigor espiritual y físico, y la vejez, en la que el árbol muestra las formas maduras de la matrona, reposada, que se convierte en 'madre nuestra pegada a la tierra' ... Pegada a la tierra por la fuerza de un designio.
En los tiempos en que la luna bañaba su precioso disco en las aguas de los grandes ríos aprisionados en la floresta, existía una tribu de indios cuyos hombres eran de un valor, extraordinario, y sus mujeres de mágica hermosura.
Una de ellas sobresalía de todas por su exquisita bondad que se unía a sus nobles condiciones para completar un digno marco de atracción y de alabanzas. Muchos guerreros ambicionaban llevarla a su tienda por compañera, y muchas estrellas fueron testigos de las rondas y canciones que le prodigaban al son de instrumentales de sonoros acordes.
La joven india, que había rendido las pruebas que se exigían a las mujeres de su tribu llegadas a la pubertad, tenía su elegido en uno de los indios de su pueblo.
Era un esbelto guerrero que en más de una ocasión había puesto a prueba su coraje. El amor los fue uniendo hasta que quiso la fatalidad que la tribu se trabara en lucha con otras enemigas.
Partió el amante con sus compañeros, no sin antes solicitar de los labios de la amada la fidelidad que guardaría durante su ausencia. Ella le prometió un amor eterno y juré sobre los huesos de sus abuelos que no unirla su cuerpo a otro que no fuera el que había elegido y amado con extraño frenesí. Su espera sería eterna, hasta que las, sombras la arrojaran en medio de la noche y la muerte le diera el sosiego a su espíritu dolorido.
Transcurrieron muchas lunas sin que los guerreros ofrecieran noticias. Cuando la convicción de la muerte se extendió por la tribu, la india, desposeída de su bien amado por el triste designio, escuchó indiferente palabras de amor de bizarros hombres del pueblo. A ninguno hizo caso, porque en su corazón se habla abierto una herida profunda causada por el dolor y que no se restañaría por largo tiempo.
Desesperada se hundió en la selva para dejarse morir en ella. Poco tiempo resistió el peso de la vida su físico debilitado. Una mañana, a la llegada de la primavera, los indios que se dirigían a cazar, la encontraron muerta entre los matorrales. Decidieron llevarla hasta el pueblo; pero, en momentos de cargarla sobre una parihuela, notaron que sus brazos se alargaban en forma de ramas y que su cuerpo se redondeaba tomando, la forma de un árbol de extraña configuración. Su cabeza se doblegó hacia el naciente, sobre el tronco, y de los dedos: empezaron a brotar flores blancas de gran hermosura. Los indios retornaron impresionados a su tribu y allí contaron lo que habían visto.
Sólo algunos días después se animaron a volver al lugar donde se hallaba la india muerta, convertida en árbol. Al llegar comprobaron que las flores se habían teñido de un ligero color rosado y que ya no había quedado ningún vestigio, de humanidad. El árbol se levantaba seguro sobre su robusto tronco y su ramaje florecido, se desparramaba en su graciosa copa.
Termina la leyenda diciendo que las flores blancas son los suspiros de amor y las lágrimas de la india que se tiñen de rosa por la sangre derramada en el campo de batalla, y que las raíces del árbol absorben de la tierra para llevarla a las corolas.


Para saber más del palo borracho:

http://www.arbolesornamentales.com/Chorisiaspeciosa.htm
http://www.arbolesornamentales.com/Chorisiainsignis.htm
http://hort.ufl.edu/trees/CHOSPEA.pdf (en inglés)http://trees.stanford.edu/ENCYC/CHOsp.htm (en inglés)

miércoles, 29 de julio de 2009

Increibles Fotos de Flores :rosa rosada ...¿cual ?

Increibles
¿Sabes como se llama esta flor... ?
Fotos de Flores-Galeria
Via:Banco de Imágenes Gratuitas
Fuente:Pixdaus
Aqui: Mas Fotos

lunes, 27 de julio de 2009

Yuyos Acodo tardío pero efectivo

Yuyos Tenía este arce que había adquirido en un vivero este invierno y como la idea fue dejarle crecer libremente, durante la primavera y parte del verano se desmadró de ramaje. Entonces se me ocurrió hacer varios acodos de él. Tiene unos 8 cm. de nebari y está engordando en maceta de entrenamiento. La altura es de 65 cms. La verdad es que los hice a principios de julio, un poco tardíos según mi experiencia, pero probé a ver que pasaba. El resultado es el reportaje que vais a ver. Aquí podemos ver los útiles necesarios para empezar a "operar". Musgo sphagnum, un plástico opaco, plástico transparente, hormonas de enraizamiento, cuter o navaja, unas bridas de plástico para sujetar el conjunto bien y la jeringuilla para luego mantener la humedad.

Elegimos unas ramas de la parte superior y empezamos con el trabajo de cortar con cuidado la corteza hasta llegar al cambium.

Posteriormente le colocamos hormonas de enraizamiento en polvo, habiendo humedecido la zona antes.

Con el plástico, hacemos alrededor del corte un envoltorio como el de los caramelos para meter el musgo sphagnum dentro. Este musgo de fibra va muy bien para el acodo porque mantiene muy bien la humedad necesaria para que se emitan las raices del acodo.

Así queda el acodo cuando se ha cerrado herméticamente por los dos lados.

La forma de mantener húmedo el acodo a lo largo del tiempo para que se den las condiciones para enraizar se consigue regando con una jeringuilla cuando sea necesario.


Le pongo unas bridas de plástico para que todo el conjunto quede bien fijado. De esta manera hemos hecho 3 acodo en las ramas superiores. Vista del arbol completo con los 3 acodos.


Después de escasamente dos meses empezaron a verse raices en dos de los tres acodos.


Cuando a los dos meses las raices fueron suficientes, se procedió al corte y al transplante a macetas individuales. Como el tercer acodo no parece responder cortamos los dos que si tienen raices.

Separados entre si, tienen este aspecto.


Aquí podemos ver las raices que ha desarrollado uno de ellos

La marca del crecimiento en estos dos meses sobre la brida de plástico. Esto con el tiempo se disimula bien.


Mezcla de sustrato akadama y orgánica al 50%. En la parte de los agujeros de drenaje volcánica.



Se le quitan las hojas y se les deja la estructura que nos interesa para que vaya creciendo varias temporadas a ser posible en suelo.


Unos días después ya da muestras de arraigo con unas incipientes hojas. De todas formas esperemos que no sea solo el crecimiento de las reservas de la planta y pronto desarrolle más raices antes del invierno.

A pesar de la época tardía en que se hizo el acodo (yo, por estas latitudes y longitudes los suelo hacer en abril), el arce desarrolla raices fácilmente. El porcentaje del 66% de éxito no está mal. Veremos como evoluciona.

Unas semanas después parece que está enrraizando con facilidad. Esperemos al invierno y posterior primavera para transplantar a tierra.

domingo, 26 de julio de 2009

Jardin Bonsái: Acodos

Jardin

  • ¿Qué es un acodo? Se trata de un método de reproducción, al igual que el esquejado, que nos puede resultar de una gran utilidad en determinados casos. Por ejemplo con ejemplares en los que interese obtener un clon que reproduzca exactamente alguna característica deseable de la planta madre, o con ejemplares que no produzcan semillas viables. Para estos casos tenemos un método de reproducción – el acodo - que puede ser mucho más rápido que el esqueje o la semilla ya que generalmente se parte de materiales más desarrollados.
    El acodo también puede ser una útil herramienta que nos permita aprovechar materiales poco prometedores. Si en algún punto del tronco nos encontramos con una herida o defecto importante, puede que no nos quede más remedio que tratar de obtener nuevas raíces por encima del defecto y cortar justo por debajo de éstas. El problema desaparece. Incluso si no hubiera defectos importantes un acodo nos va a permitir, si tenemos algo de habilidad, obtener un nebari de calidad, posiblemente mejor que el original.

  • ¿Cuándo realizar un acodo?
    Las hojas se encargan de formar las hormonas, auxinas, que van descendiendo por la planta siguiendo los caminos de savia. Conforme se van acumulando estas hormonas en alguna zona de la planta, la tendencia a emitir raíces se acentúa en ese punto. Es precisamente este efecto, que normalmente tiene lugar en la base del tronco, el que aprovecharemos en nuestro beneficio para obtener raíces allá donde las necesitemos. La idea básica del acodo consiste en interrumpir la circulación descendente de savia en un punto determinado para que las auxinas empiecen a acumularse en dicha zona hasta el punto en que acaben desarrollándose raíces.

    Para que esto funcione la planta debe tener hojas, y estas deben estar plenamente operativas, es decir, deben haber madurado. Es importante tener muy en cuenta que el punto en el que pretendamos realizar el acodo debe tener hojas por encima. Si no hay hojas, no se producirán auxinas y por tanto no enraizará.
    Esto implica que el acodo debe realizarse a principios de verano. En la península, mayo o junio pueden ser unos meses muy adecuados. Tampoco conviene esperar hasta muy avanzado el verano pues entonces se nos podría echar encima el otoño antes de que la planta hubiera podido reaccionar.

    El acodo se puede separar una vez tenga la suficiente cantidad de raíces. Dependiendo de cada caso esto puede llegar a suceder en uno o dos meses con especies de fácil enraizado, o puede demorarse uno o dos años en otras más lentas como por ejemplo con pinos. En cualquier caso como norma general no suele ser mala política esperar hasta la primavera siguiente para separar el acodo.

  • ¿Cómo realizar un acodo?
    No existe método único, pero todos ellos se basan en el mismo principio: interrumpir el camino de savia descendente para así lograr que se acumulen las hormonas, sin alterar para nada el ascenso de la savia. Es importante prestar especial cuidado a este punto o el acodo no prosperará. Si los caminos de savia descendente no se interrumpen completamente se acabará formando un feo abultamiento, un callo de cicatrización, pero no aparecerán raíces pues las auxinas podrán continuar su camino descendente. Si se cortaran inadvertidamente los caminos de savia ascendente habríamos obtenido un esqueje accidental, y si no nos diéramos cuenta enseguida perderíamos la planta.

    En el punto donde esperemos obtener raíces es necesario conseguir mantener un alto grado de humedad y así que deberemos emplear algún sistema para lograrlo. De igual modo hemos de tener en cuenta que a las raíces no les gusta la luz; van a crecer más en zonas oscuras. Por tanto se debe cubrir el punto del acodo, no solo para conseguir mantener la humedad, sino también para impedir el paso de la luz.

    El calor es otro factor a tener en cuenta ya que favorece el desarrollo de raíces. Si la planta en cuestión solo va a recibir luz por un lado, conviene ir rotándola periódicamente para conseguir una distribución uniforme de raíces en el acodo.

  • ¿Cómo realizar un acodo?
    No existe método único, pero todos ellos se basan en el mismo principio: interrumpir el camino de savia descendente para así lograr que se acumulen las hormonas, sin alterar para nada el ascenso de la savia. Es importante prestar especial cuidado a este punto o el acodo no prosperará. Si los caminos de savia descendente no se interrumpen completamente se acabará formando un feo abultamiento, un callo de cicatrización, pero no aparecerán raíces pues las auxinas podrán continuar su camino descendente. Si se cortaran inadvertidamente los caminos de savia ascendente habríamos obtenido un esqueje accidental, y si no nos diéramos cuenta enseguida perderíamos la planta.

    En el punto donde esperemos obtener raíces es necesario conseguir mantener un alto grado de humedad y así que deberemos emplear algún sistema para lograrlo. De igual modo hemos de tener en cuenta que a las raíces no les gusta la luz; van a crecer más en zonas oscuras. Por tanto se debe cubrir el punto del acodo, no solo para conseguir mantener la humedad, sino también para impedir el paso de la luz.

  • Método del anillo de corteza: En este caso el método empleado para lograr la interrupción de la savia descendente consiste en pelar un anillo de corteza en el tronco o rama a acodar.
    El anillo de corteza retirado debería tener una anchura aproximada de vez y media el grosor del tronco. De este modo nos aseguramos de que el árbol no forme un callo de cicatrización que puentee el anillo y por tanto tire por tierra nuestros planes. Al cortar el anillo de corteza se debería profundizar entre 2 y 4 milímetros, lo suficiente como para eliminar el cambium, la capa compuesta por los vasos de savia descendente, junto con la corteza, pero no tanto como para dañar la albura, el conjunto de vasos de savia ascendente.

    Los cortes deben ser lo más limpios posible y deberemos asegurarnos de que el corte superior quede perfectamente horizontal, o por lo menos, lo más horizontal posible. El motivo es que las auxinas van a acumularse en la zona más baja que les sea posible, así que si el corte es en diagonal acabaremos con una mala distribución de raíces.
    Una vez hemos separado el anillo, deberemos asegurarnos que todo el cambium ha salido junto con la corteza. Puede que incluso debamos raspar el acodo para eliminar los últimos restos.
    El calor es otro factor a tener en cuenta ya que favorece el desarrollo de raíces. Si la planta en cuestión solo va a recibir luz por un lado, conviene ir rotándola periódicamente para conseguir una distribución uniforme de raíces en el acodo.
    Seguidamente se debería impregnar el corte superior del acodo con hormona enraizante para favorecer en lo posible la emisión de raíces. No es algo imprescindible, pero si aconsejable.
    Apretar fuertemente un alambre de cierto grosor justo bajo ese corte favorecerá un engrosamiento en esa zona que nos servirá como incipiente nebari. Tampoco resulta imprescindible, pero en ocasiones puede ser una ayuda que además cortará definitivamente el flujo de savia descendente.
    Bajo este anillo de alambre también podemos colocar un pequeño disco de plástico que ayudará a que las nuevas raíces vayan distribuyéndose de forma más o menos horizontal, y por tanto a que vayamos encaminando correctamente el futuro nebari. Tampoco es algo necesario.

  • Seguidamente deberemos cubrir el acodo; algo que podremos hacer de varias formas distintas. Podríamos cubrir el acodo con una bolsa de plástico negro (es opaco y ayudará a mantener una temperatura más elevada en el interior del acodo), una maceta de plástico recortada, o incluso una rejilla de plástico que podríamos usar a modo de maceta. Depende un poco del lugar en el que se encuentre el acodo.
    Para rellenar la bolsa, o la maceta de plástico/rejilla podríamos utilizar diferentes materiales.
    Uno de los más comunes es usar musgo esfagno. Se trata de un musgo de fibra larga que retiene muy bien la humedad y nos puede servir perfectamente para nuestros propósitos. El problema que tiene es que al separar el acodo deberemos eliminarlo para desenredar las raíces y evitar futuras podredumbres, y eliminarlo completamente sin dañar las nuevas y delicadas raíces puede ser laborioso.
    También resulta factible utilizar parte de la mezcla de plantado, sobre todo si cubrimos el acodo con una maceta o con la rejilla. Por ejemplo se puede rellenar con akadama únicamente, o incluso akadama más algún material drenante.

    Una vez hecho esto, sólo debemos regar y asegurarnos de mantener la humedad en el acodo durante el tiempo que sea necesario hasta que emita las suficientes raíces y podamos separarlo cortando por debajo del punto donde emitió las raíces.





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lunes, 20 de julio de 2009

Planta Plantas: Heno griego

Planta Se ha cultivado ampliamente por tada la región mediterránea para cosechar sus semillas aromáticas. La planta es semianual y robusta, de unos 60 cm. Sus hojas tienen forma de trébol, cada hojuela dibuja un huevo al revés y tiene dientecillos en la parte más ancha. En la axila de esas hojas se asientan las flores, solitarias o emparejadas, amariposadas, blanquecinas, de 12 a 15 mm de longitud. La planta entera despide un característico olor que todo lo impregna. La alholva destaca por su legumbre comprimida, de 7 a 9 cm de largo, nerviada y prolongada en pico de 2-3 cm; encierra de 10 a 20 semillas ovoideas, pardas. - Florece en primavera con unas flores blanquecinas. - La semilla es compacta y de marrón pálido; tostada ligeramente extrae todo su sabor. USOS CULINARIOS - La alholva o alfolva se ha venido cultivando desde tiempos remotos como forraje para animales en toda la región mediterránea. - Es una planta forrajera, muy poco cultivada en Europa actualmente. - Las semillas pueden tomarse durante el estado del cotiledón de la planta (recién germinadas) como una ensalada picante; las hojas plenamente desarrolladas, demasiado amargas para guisarlas como espinacas, se sirven a la manera india, como curry; y las semillas ligeramente tostadas hacen las veces de especias, sobre todo en curries. - Las semillas molidas contienen curriarina, un ingrediente esencial en los curries preparados que encontramos en las tiendas. - Su empleo más corriente es curry en polvo. - Desprende un aroma fuerte y algo dulce, y tiene un sabor agradablemente amargo, no muy distinto d azúcar quemado. - Su sabor amargo y característico ha inducido a usarla en la fabricación de jara de arce de imitación. CULTIVO - Puede sembrar la alholva en interiores a mediados de la primavera o en el exterior y en un suelo calíente a finales de la misma estación. - Cuelgue los semilleros, envueltos en bolsitas de papel para recoger las semillas en un lugar seco, cálido y aireado. - Exige terrenos sueltos, arcillosos y arenosos de tipo calcáreo, que sean ricos en minerales y soleados. - Las semillas se siembran a finales de invierno, en hileras a 25 cm de distancia unas de otras, y a 2 cm de profundidad. - La tierra no debe estar apelotonada. - El sembrado se mantiene limpio de malezas y se riega a menudo. - Se recoge cuando las vainas comienzan a tomar un color marrón claro. Entonces se arrancan las plantas, se atan en manojos y se cuelgan hacia abajo, en un lugar ventilado. - Al secarse se abren las vainas y, si es necesario, se golpean con cuidado; se separan cuidadosamente y se secan al sol antes de ser guardadas.

jueves, 16 de julio de 2009

Jardines Acodo tardío pero efectivo

Jardines Tenía este arce que había adquirido en un vivero este invierno y como la idea fue dejarle crecer libremente, durante la primavera y parte del verano se desmadró de ramaje. Entonces se me ocurrió hacer varios acodos de él. Tiene unos 8 cm. de nebari y está engordando en maceta de entrenamiento. La altura es de 65 cms. La verdad es que los hice a principios de julio, un poco tardíos según mi experiencia, pero probé a ver que pasaba. El resultado es el reportaje que vais a ver. Aquí podemos ver los útiles necesarios para empezar a "operar". Musgo sphagnum, un plástico opaco, plástico transparente, hormonas de enraizamiento, cuter o navaja, unas bridas de plástico para sujetar el conjunto bien y la jeringuilla para luego mantener la humedad.

Elegimos unas ramas de la parte superior y empezamos con el trabajo de cortar con cuidado la corteza hasta llegar al cambium.

Posteriormente le colocamos hormonas de enraizamiento en polvo, habiendo humedecido la zona antes.

Con el plástico, hacemos alrededor del corte un envoltorio como el de los caramelos para meter el musgo sphagnum dentro. Este musgo de fibra va muy bien para el acodo porque mantiene muy bien la humedad necesaria para que se emitan las raices del acodo.

Así queda el acodo cuando se ha cerrado herméticamente por los dos lados.

La forma de mantener húmedo el acodo a lo largo del tiempo para que se den las condiciones para enraizar se consigue regando con una jeringuilla cuando sea necesario.


Le pongo unas bridas de plástico para que todo el conjunto quede bien fijado. De esta manera hemos hecho 3 acodo en las ramas superiores. Vista del arbol completo con los 3 acodos.


Después de escasamente dos meses empezaron a verse raices en dos de los tres acodos.


Cuando a los dos meses las raices fueron suficientes, se procedió al corte y al transplante a macetas individuales. Como el tercer acodo no parece responder cortamos los dos que si tienen raices.

Separados entre si, tienen este aspecto.


Aquí podemos ver las raices que ha desarrollado uno de ellos

La marca del crecimiento en estos dos meses sobre la brida de plástico. Esto con el tiempo se disimula bien.


Mezcla de sustrato akadama y orgánica al 50%. En la parte de los agujeros de drenaje volcánica.



Se le quitan las hojas y se les deja la estructura que nos interesa para que vaya creciendo varias temporadas a ser posible en suelo.


Unos días después ya da muestras de arraigo con unas incipientes hojas. De todas formas esperemos que no sea solo el crecimiento de las reservas de la planta y pronto desarrolle más raices antes del invierno.

A pesar de la época tardía en que se hizo el acodo (yo, por estas latitudes y longitudes los suelo hacer en abril), el arce desarrolla raices fácilmente. El porcentaje del 66% de éxito no está mal. Veremos como evoluciona.

Unas semanas después parece que está enrraizando con facilidad. Esperemos al invierno y posterior primavera para transplantar a tierra.